La industria manufacturera se contrajo en febrero, registrando cuatro caídas en los últimos seis meses en la comparación desestacionalizada, según informó el INDEC la semana pasada. Las perspectivas para lo que resta del año no son alentadoras: la falta de divisas, anticipan consultoras privadas, impactará en el nivel de producción.

Junto con la desaceleración de la actividad industrial también se redujeron las expectativas de sostener el crecimiento logrado el año pasado. Sin embargo, desde el sector se resalta la importancia de mantener un diálogo fluido con el Gobierno y buscar la manera de agilizar importaciones para sectores que puedan generar divisas.

Según los datos difundidos por el INDEC, en febrero la industria manufacturera se contrajo 1,2% mensual sin estacionalidad y 1,4% en la comparación interanual. “Producto de la caída observada en el mes de febrero y del comportamiento errático del año anterior, actualmente la industria opera con un nivel de actividad 0,8% por debajo del observado en el mes de diciembre 2022”, señalaron para Ámbito Financiero desde la consultora LCG.

Al proyectar lo que puede ocurrir con este sector en los próximos meses, detallaron: “Con un año 2023 castigado por una severa sequía, que se estima reste en torno a u$s15.000 millones de exportaciones, esperamos que las regulaciones al acceso de insumos importados se mantengan y/o profundicen para conservar los niveles de reservas. Esto afectará la operatividad de la industria, por lo que proyectamos una caída de hasta 5,5% promedio anual con respecto a 2022”.

Por su parte, la consultora Orlando Ferreres compartió con el medio: “Nuestra proyección base anticipa una contracción de la actividad industrial para los meses venideros, perjudicada principalmente por la falta de dólares para las importaciones necesarias para el sector, por la merma esperada del consumo, y por el efecto que seguirá teniendo la sequía en la industria del crushing”.

Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) indicaron en un comunicado que “se mantuvo” la desaceleración que se observó durante la segunda parte del año pasado, según los primeros datos del 2023. “Con este panorama, las expectativas de las empresas para el año continúan en niveles bajos, tanto en PyMEs como en grandes empresas”, expresaron desde la entidad.

Autoridades de CARMAHE coinciden en el diagnóstico general: debido a los impedimentos para ingresar bienes de capital e insumos al país, muchos socios ven dificultades en el horizonte para abastecer las necesidades de sus clientes, que requieren de estos productos para mantener sus líneas de producción.